El caso contra la inversión factorial | Acacia Inversión
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El caso contra la inversión factorial

El caso contra la inversión factorial

El artículo que queremos recomendar y comentar hoy nos recuerda algunas ideas básicas e imprescindibles respecto a la inversión factorial, un estilo que forma parte de la filosofía de inversión de Acacia Inversión.

La inversión factorial nace como un término medio entre la gestión activa y la gestión pasiva. Una forma de batir al mercado y por tanto a la gestión pasiva, pero de forma sistemática, más barata y desde los últimos años, fácilmente accesible la mayoría de inversores a través de los ETF. La investigación empírica y académica ha mostrado que determinados factores, como el Value o el Momentum, han obtenido rentabilidades por encima de sus índices de referencia.

Pero ¿es realmente tan fácil y bonito como parece? El artículo se plantea si la inversión factorial, tanto la auténtica que mantiene una beta neutral como las estrategias solo alcistas smart beta, es la panacea que buscan los inversores. Y lo cierto es que no, puesto que los factores son cíclicos y relativamente volátiles. Tras unos años de muy buen comportamiento de un factor (Value, por ejemplo, desde el pinchazo de la burbuja puntocom hasta la Gran Crisis Financiera), le suelen seguir años de un comportamiento mediocre o malo (como ha ocurrido al Value en la última década), y viceversa.

grafico smart beta returns usa

 

Dada la naturaleza de los inversores y su tendencia a perseguir aquellas áreas o factores del mercado con mejor rentabilidad pasada, en lugar de aquellas con más probabilidad de hacerlo bien en los próximos años, es improbable que el inversor medio obtenga excelentes resultados siguiendo la inversión factorial. Incluso combinando varios de los factores con historial de éxito, reduciendo así la volatilidad, aunque los resultados a largo plazo han sido positivos, nos podemos encontrar en algún periodo con grandes desviaciones respecto a los índices que pueden ser difíciles de tolerar para determinados inversores (por mandatos institucionales internos, falta de convicción o puro cortoplacismo).

En definitiva, la inversión factorial permite generar rendimientos por encima del mercado de forma sistemática y relativamente barata, pero no es tan fácil como pueda aparentar. No hay nada “gratis”, como suele decirse, y todo estilo de inversión tiene sus pros y contras. El artículo concluye diciendo que “a menos que los inversores acepten el carácter cíclico de la inversión factorial y se comprometan con su marco de inversión incluso cuando los rendimientos sean negativos, es mejor que no la practiquen”.

El artículo en inglés se puede leer completo aquí.

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